Ahora sí, aquí va mi post completo
sobre el FIO, aprovechando
la edición del 3 de Junio de 2012.
Situada en el aeródromo de Cuatro Vientos, el primer domingo de cada mes (salvo Enero y Agosto) nos deleita con una exposición estática al aire libre, y si el tiempo lo permite, una exhibición aérea. En esta última edición de Junio, un día de sol y nubes perfecto, y con un viento no demasiado fuerte, pudimos ver a toda la exposición en el aire salvo dos elementos que no volaron, más por razones de horario que por imposibilidad.
Como ya comenté en un primer post
de prueba, la Fundación Infante de Orleans, o en su nombre corto FIO, es una institución museo que
se dedica a la conservación y exposición de aviones de época.
www.fio.esSituada en el aeródromo de Cuatro Vientos, el primer domingo de cada mes (salvo Enero y Agosto) nos deleita con una exposición estática al aire libre, y si el tiempo lo permite, una exhibición aérea. En esta última edición de Junio, un día de sol y nubes perfecto, y con un viento no demasiado fuerte, pudimos ver a toda la exposición en el aire salvo dos elementos que no volaron, más por razones de horario que por imposibilidad.
Llegando sobre las 11.30-12:00, tenemos tiempo de sobra para recorrer la exposición, tomarnos un refrigerio y presenciar el clásico encendido de motores, antes de dar comienzo la exhibición aérea.
A continuación, una breve descripción de todos los aviones de la colección expuestos en la edición de hoy.
En primer lugar, y nada más entrar, nos encontramos con la estrella de la colección, el Polikarpov I-16 Mosca o Rata, nombres por el que era conocido este avión, respectivamente en los bandos republicano y nacional durante la guerra civil española. Eso sí, la segunda estrella de la colección la dejamos para el final ;)
Caza de fabricación soviética, de 1933, este ejemplar estuvo abandonado a la intemperie durante más de 50 años, en un lugar cerca de Karelia, Finlandia, hasta que se decidió su restauración. Pasando previamente por Nueva Zelanda, finalmente el FIO se hizo con él en el año 2005, pintándolo con los colores de la república, de manera similar al avión pilotado por José María Bravo, el “Seis Doble”. En la librería del FIO se vende un libro del mismo nombre, donde se cuentan las anécdotas e historia del propio José María Bravo a bordo de este avión. El alias de Seis Doble, se debe a que las alas de caza republicanas se agrupaban en grupos de 6 unidades, siendo la presente la sexta unidad del ala.
El Mosca, llamado así seguramente por el rótulo “MOCKBA” (Moscú en ruso) que venía en las cajas de embalaje provenientes de Rusia, cuenta con un motor de 1000 HP, cuatro ametralladoras delanteras, dos en las alas y dos en el morro sincronizadas con el paso de las hélices del motor, y un tren retráctil manual, en la que el piloto debía dar 45 vueltas a una manivela para extenderlo o recogerlo. Cualquiera que haya ido más de tres veces al FIO, será un dato nunca olvidará J
Nuestro siguiente ejemplar es un DeHavilland DH.89 Dragon Rapide, pintado con los colores de Iberia de de los años 40. Cabe destacar, que fue un avión de este modelo el que transportó al general Franco desde Canarias a Marruecos en el inicio de la guerra civil.
Lo siguiente que nos encontramos, es un magnífico Piper L-4 Grasshopper, de fabricación americana, de 1938. Este avión de observación, se encuentra disponible en la colección del FIO en configuración de ambulancia, pintado con esquema de colores del frente europeo occidental, con las características bandas blancas y negras.
Dando un paso más, nos encontramos con un raro pero precioso biplano de fabricación americana, el Consolidated Fleet 10, de 1928, cuya presencia en Europa es bastante escasa.
A su derecha, y siguiendo el círculo en el que están dispuestas las aeronaves de la exposición, se encuentra el mítico DeHavilland DH.60 Moth de 1925, el entrenador principal de la RAF hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En la foto no se observa bien, pero en la parte trasera no tiene ruedín, sino un patín de cola, ya que este avión operaba desde campos de césped. Es por eso que para la exhibición aérea necesita de una pista especial de tierra.
A nuestro siguiente “espécimen” nos lo vamos a saltar, porque como ya dije al comienzo, se trata de la otra estrella de la colección, así que lo voy a dejar para el final y mantener el gusanillo.
Así es como nos encontramos de frente con otro de los aviones míticos de la aviación a hélice, el Boeing PT-17 Stearman. Este biplano tiene en su haber el ser el avión de entrenamiento principal americano, además de otros países, durante la II Guerra Mundial. Pintado con los colores de la US. Navy de la época, tras su entrada en servicio en 1933, y una fabricación de millares, acabada la guerra gran parte de ese excedente se reconvirtió en flota de fumigación. Una anécdota que el comentarista cuenta mucho, es su aparición en la película de Hitchcock “Con la muerte en los talones”, en la que el protagonista, Cary Grant, huye de él a través de un campo de trigo.
En la siguiente foto, apreciamos más de cerca su motor radial de 220 HP:
Girando la vista a la derecha, nos encontramos con la serie de aviones Bücker con los que cuenta el FIO. Nada menos que con tres Bu.131 Jungmann y una Bu.133 Jungmeister. He de decir que hasta ahora sólo había visto dos Jungmann, así que con esta, más otra Jungmann con los colores de Alemania de la que hablaremos después, el FIO está montando una auténtica flota Bücker!
En primer lugar tenemos la Bu.133 Jungmeister, de 1935, un perfecto biplano de vuelo acrobático de la época, que inició su andadura como entrenador avanzado de la Luftwaffe. Lo tenemos aquí delante pintado con los colores del ejército del aire español.
Seguido, tenemos las tres Bu.131 Jungmann de 1934, también con los colores del Ejército del Aire, la cual sirvió como entrenador “estándar” en las fuerzas aéreas de Alemania y de todos sus aliados, incluido la España de la época. Es sin duda uno de los aviones que se recuerdan con más cariño en el Ejército del Aire español, habiendo continuado su producción por CASA, bajo licencia, hasta nada menos que los años 60.
A continuación, tenemos la cuarta Jungmann, la cual vemos vestida con los colores de entrenador de la Luftwaffe.
Dejando de lado la fabricación alemana, pasamos a un elegante ingenio inglés de 1935, el Miles Falcon SIX M3.C. Con sus 120 Hp de potencia, alcanza hasta los 300 Km/h a pesar de tener un tren de aterrizaje fijo, todo un hito para un avión de los años 30. ¿Y por qué tanta velocidad? Pues porque se trata de un diseño concebido para competir, siendo un clásico de la copa del rey británica, King’s Cup Race, la cual ganó en 1935, pulverizando el record nuevamente en 1936. Lástima que por la posición que tenía en la exposición, sólo pude tomar una foto delantera. Tengo alguna foto de “archivo” en la que se ve mejor, pero que ya pondré en algún otro post con fotos de ediciones pasadas, sobre las ausencias de este día.
Lo que sí se puede observar es su perfil totalmente aerodinámico, con el tren de aterrizaje igualmente recubierto.
Llegando casi al final de la exposición, nos encontramos con otro bello monoplano, el British Aircraft Eagle II, de 1934. Dentro de este aparato, Juan Ignacio Pombo, un 21 de Mayo de 1935, a bordo de un Eagle apodado “Santander”, realiza la hazaña de cruzar el Atlántico sur desde Gambia hasta Natal, Brasil. Para ello, tuvo que emplear nada menos que 18h y 15 minutos.
En penúltimo lugar, la Aisa I-115, de 1952, se nos muestra evocando los años del resurgir de la aeronáutica española. Este aparato fue el entrenador primario de la escuela del aire durante dos décadas, haciéndose célebre su apodo “garrapata”. Este alias se debe a que necesitaba una carrera de despegue tan larga, que parecía que literalmente se pegaba al suelo cual garrapata.
En esta última foto, ya se aprecia la forma del avión que cierra el círculo de la exposición, el DeHavilland-Canada DHC-1 Chipmunk. Introducido en 1946, se convierte en el sucesor natural del DeHavilland Moth como entrenador estándar en la RAF y muchos otros países, como por ejemplo en la RAAF (Royal Australian Air Force), esquema que luce en la colección del FIO.
Y por fin, como colofón final, una joya de la aeronáutica española, el Hispano Aviación HA-200 Saeta:
Este caza de 1955, fue el mayor ingenio puesto en producción en España por el genial Willy Messerchmitt. Sip, el de los cazas alemanes de la II Guerra Mundial. Tras acabar la guerra, se traslada a España, afincándose en Sevilla, dando inicio a una prolífica relación con la fábrica Hispano Aviación. Con su esquema gris claro y su característico rayo en rojo, montaba dos motores turbomeca de 400kg de empuje cada uno. De frente, producen un peculiar silbido, el cual se convierte en estruendo por la parte trasera.
En la siguiente foto, podemos observar la entrada de aire de los motores, así como los agujeros de las dos ametralladoras que monta
Debido al elevado consumo de combustible, se añadieron dos depósitos aerodinámicos montados en los extremos de las alas:
Más tarde, y antes de entrar en servicio la siguiente versión del modelo, se le llegaron a añadir lanzadores de cohetes subalares, con el fin de aumentar su potencia de ataque al suelo. Es ya la siguiente versión, la HA-220 Super Saeta, monoplaza, la que está mejor optimizada para este tipo de misión, dejando de lado el esquema gris por uno más acorde de tipo camuflaje.
En la próxima foto, tenemos a un invitado perenne de las exposiciones del FIO, el DeHavilland-Canada DHC-4 Caribou. No pertenece a la colección, si no que se encuentra estacionado (junto a otros del mismo modelo en bastante peor estado), en frente del recinto, así que ya es como uno más de la familia, por lo que aquí su estampa de rigor:
Llegados a este punto, habiendo recorrido la exposición estática al completo, procedemos a retirarnos para que comience la puesta en marcha de los motores. Una vez retirado el público del recinto, nos apiñamos momentáneamente en un extremo mientras uno a uno se van cebando y encendiendo todos los motores. La verdad es que siempre es un gusto oírlos tan de cerca.
Unos 15 minutos después, los aviones comienzan a desplazarse para dirigirse a la pista de despegue. En esta edición hemos tenido suerte, ya que usaron la pista más cercana al público.
Ya en el aire, diferentes pasadas, vuelos en formación y alguna que otra pirueta, hacen disfrutar a un público entregado, mientras que fotógrafos profesionales no se despegan de sus objetivos. Mi cámara en cambio es bastante normalita, por lo que si los videos tienen una baja calidad, no digamos ya las fotos de aviones en movimiento. En cualquier caso, aquí dejo un par de fotos para que se pueda apreciar a grandes rasgos cómo fue la exhibición aérea:
Si
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¡¡qué interesante!!buen post!!espero que saques otro prontito! XD
ResponderEliminarUn saludooo